Todos en algún momento, ya sea por razones de edad, de ciclos, o de alguna otra circunstancia, llegaremos al fin de ciertas funciones,  como por ejemplo: ser el administrador de ciertos bienes en la familia; o los que dirigen alguna empresa, compañía, ministerio o iglesia dejarán de ser quien siga al frente. Esto es natural y es parte de la vida no debemos negarnos a ello.

Se requiere tener consciencia de que ha llegado ese momento de transición para poder transmitir esa responsabilidad, esa posición, o esa función a otro de manera exitosa.

Esta consciencia es necesaria para que haya continuidad en una vision, en un proyecto, en una iglesia etc.

cuando no hay esa consciencia uno deja muchos problemas a los hijos, a las organización o iglesia a la hora de partir.

Moises tenia esa consciencia al llegar al final de su tarea. Veamos:

Deutronomio 31:1-3  Fue Moisés y habló estas palabras a todo Israel, y les dijo: Este día soy de edad de ciento veinte años; no puedo más salir ni entrar; además de esto Jehová me ha dicho: No pasarás este Jordán. Jehová tu Dios, él pasa delante de ti; él destruirá a estas naciones delante de ti, y las heredarás; Josué será el que pasará delante de ti, como Jehová ha dicho.

Moises sabía: 1- ya no puedo seguir al frente, 2-Dios me ha mostrado que yo no lideraré la siguiente fase en el pueblo, 3- el proyecto de conquista seguirá sin mi, no se detendrá, 4-Josue será quien este a cargo.

Esta consciencia permitió que hubiera continuidad sin sobresaltos: Permitió que el nuevo líder se ubicara en su  posición y que el pueblo lo asumiera como tal.

Cuando no hay esta consciencia lo que se deja atrás son divisiones y pleitos entre las familias, organizaciones y ministerio.

Quiero esa consciencia: saber cuando he terminado, saber quien se queda en mi lugar, instalarlo en su posición, comunicarlo a tiempo y que lo que Dios me ha confiado continue aunque yo ya no esté.