Mientras el pueblo de Israel peregrinaba por el desierto eran una sola masa humana de mas en un millón de personas; donde iba uno iban todos. Pero al entrar en Canaan y al conquistarla cada tribu se iban a esparcir por el territorio.

Dios quería que Israel conservara su identidad como pueblo, su interacción entre ellos,  su sistema religioso etc. y para ello estableció el principio de congregarse. Moisés les dijo:

Deuteronomio 12:11-14 Y al lugar que Jehová vuestro Dios escogiere para poner en él su nombre, allí llevaréis todas las cosas que yo os mando: vuestros holocaustos, vuestros sacrificios, vuestros diezmos, las ofrendas elevadas de vuestras manos, y todo lo escogido de los votos que hubiereis prometido a Jehová. Y os alegraréis delante de Jehová vuestro Dios, vosotros, vuestros hijos, vuestras hijas, vuestros siervos y vuestras siervas, y el levita que habite en vuestras poblaciones; por cuanto no tiene parte ni heredad con vosotros. Cuídate de no ofrecer tus holocaustos en cualquier lugar que vieres; sino que en el lugar que Jehová escogiere, en una de tus tribus, allí ofrecerás tus holocaustos, y allí harás todo lo que yo te mando.

Congregarse es muy importante por todo lo que produce en el que se congrega. El punto no es solo adorar a Dios, es encontrarnos con Dios, como familia de Dios. Es fortalecer nuestros lazos de identidad, es fortalecer un sentido de pertenencia, es coincidir en un mismo lugar y hacer presencia y es preservar nuestro sistema de adoración que no es solo personal también es como pueblo.

No permitas que la costumbre de no congregarte eche raíces en ti.