Identidad y proceder
Un aspecto importantísimo en el caminar con Dios es tener bien clara y bien definida nuestra identidad. Nuestra identidad se vuelve nuestro norte geográfico, nos traza un rumbo, un destino, una cultura y determina nuestro proceder. Dios le dijo a su pueblo:
Deuteronomio 7:6 y 11 Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la tierra…. Guarda, por tanto, los mandamientos, estatutos y decretos que yo te mando hoy que cumplas.
Dios les dice Básicamente, porque eres Pueblo Santo, guarda los mandamientos. Es decir, lo que eres determina tu conducta, tu comportamiento, tus limites, lo que te es permitido y lo que no.
Un problema grave hoy es que al no tener una identidad definida, se vive un proceder ambiguo en todos los sentidos. El hombre duda de serlo, y la mujer también y eso afecta su comportamiento y su interacción con el mundo que le rodea.
Muchos cristianos preguntan: ¿Es malo hacer esto? ¿ Esta mal si voy a cierto lugar o evento? ¿ Es pecado si participo en cierta cosa? Etc. en un punto, esa situación manifiesta ignorancia, pero en otro, manifiesta una falta tremenda de identidad, de no saber quien eres en Cristo y por lo tanto no tener claro cual debería ser tu proceder.
Por eso Dios constantemente nos recuerda quienes somos, y ala vez define la relación entre nuestra identidad y nuestro proceder.